Son aquellas relaciones que se dan entre dos o más personas creándose un vínculo de carácter emocional.
En este tipo de relaciones al interactuar los individuos, uno entra en la vida del otro al mismo tiempo que deja que esa misma persona entre en la suya compartiendo experiencias, sentimientos, conductas, valores, creencias, juicios… en mayor o menor medida forjándose el vínculo afectivo, un lazo invisible que une a dos personas emocionalmente, no los podemos ver a simple vista, los vínculos no son racionales, pero sí que los sentimos.
Hay diferentes tipos de relaciones interpersonales como las relaciones familiares (las primeras que una persona establece y que marcarán toda su vida), relaciones de amistad (entorno escolar, aficiones, grupo de pares…), relaciones de pareja, relaciones laborales…Estos diferentes tipos de relaciones nutrirán a la persona aportando elementos que influirán en la configuración de su carácter y su personalidad. La capacidad para establecer relaciones con otras personas depende según los defensores de las inteligencias múltiples de la inteligencia interpersonal, no todo el mundo tiene esta habilidad. En sentido contrario hablaríamos de la inteligencia intrapersonal que sería la capacidad de introspección, de relacionarse con uno mismo y cuyo objetivo es fortalecer su yo individual. Pero en toda relación es necesario cierto grado de dependencia para mantener el vínculo unido, la dependencia no solo no es mala, sino que es deseable. Cuando esta dependencia es patológica se habla de “dependencia relacional”.
Dependencias relacionales
Son el conjunto de comportamientos adictivos donde el tóxico seria la relación interpersonal, donde los roles son desiguales (sometimiento-dominación) produciéndose la disolución de la personalidad del sujeto dependiente en la del sujeto dominante que puede ser o no ser consciente de lo que hace. Existe una actitud dependiente, o sea la persona dependiente aunque rompa la relación de dependencia repite los mismos esquemas de interrelación con la siguiente pareja favoreciendo que cada nueva relación acabe convirtiéndose en relación dependiente. Aunque estadísticamente parece que hay más mujeres con este tipo de problemática debido a que la expresan más, parece que en los hombres esta problemática al estar mal visto socialmente que expresen sus emociones y sentimientos, queda tapada por otros trastornos como el alcoholismo.
Existen diferentes tipos de dependencias relacionales:
Dependencia emocional
Es la tendencia persistente a las relaciones de pareja caracterizada por el desequilibrio entre ambos miembros, la necesidad afectiva claramente excesiva hacia la otra persona y el sometimiento inapropiado hacia ella, que empieza en la edad adulta y se da en diversos contextos. Se caracteriza por:
- Búsqueda continua de relaciones de pareja, planteándose siempre su vida al lado de alguien.
- Necesidad excesiva de pareja.
- Elección frecuente de parejas egoístas, presuntuosas y hostiles a las que idealiza.
- Subordinación a la pareja.
- Miedo atroz a la ruptura.
- Autoestima y autoconcepto muy bajos, por eso les fascinan personas con un ego fuerte.
- Miedo o intolerancia a la soledad.
- Necesidad excesiva de aprobación, de agradar.
La diferencia entre una “dependencia normal” en una relación de pareja y una “dependencia patológica” es más una cuestión de cantidad que de calidad, a todos nos gusta estar con nuestra pareja, pero el dependiente necesita estar constantemente con su pareja, incluso estar permanentemente en la mente del otro.
La dependencia emocional no es un diagnóstico. El diagnóstico de “dependencia emocional no existe”. Es un rasgo o característica dentro de un diagnóstico más amplio como algunos trastornos de personalidad (evitativo, histriónico, dependiente, límite) o personalidades depresivas, que se puede dar o no.
No existe una personalidad en concreto que padezca la Dependencia emocional, sino que esta dependencia patológica la sufren diferentes personalidades.
El dependiente siente una sensación interna de vacío y busca en los demás la validez que él no tiene o la seguridad que le falta.
Bidependencia
Es la presencia de dependencia emocional asociada al trastorno adictivo, caracterizada por el conjunto de actitudes, comportamientos y afectos significativos de que, al margen de la específica adicción existe una dependencia de personas o situaciones que condiciona relevantemente el quehacer del afectado y probablemente de la persona o personas involucradas.
El adicto adquiere un hábito pasivo y se instala en una deliberada falta de autonomía, salvo en lo referido a mantener su adicción. En lo demás prefiere no tomar decisiones, optando por asumir un deterioro de su autonomía que puede ser invalidante. El bidependiente extiende la psicopatología propia de la adicción (egoísmo, manipulación, chantaje, acomodamiento, insinceridad…) a las relaciones personales, que son inmaduras y pasivo dependientes con sus parejas constituyéndose como factor de recaída de primer orden.
Codependencia
Básicamente consiste en la peculiar relación de dependencia emocional que establece un sujeto no adicto (habitualmente familiar más próximo a allegado) respecto a un sujeto adicto.
Es el comportamiento emocional en el cual la persona se permite que el estado de ánimo y acciones de otra persona le afecte de manera negativa, y llegar al grado de obsesionarse a la idea de que la otra persona cambie o de controlarla.
Característica esencial del codependiente es la actitud de control interpersonal, independientemente del problema que presente el ayudado.
La principal característica es el vínculo patológico dependiente o interdependiente que mantiene un sujeto no adicto (codependiente) con otro adicto.
La persona codependiente cree que sus acciones y pensamientos derivan de lo que hace su familiar adicto exclusivamente. Es hiperresponsable, tiene sentimientos de culpabilidad, el eje principal de su vida personal es el adicto y su problema, llegando a renunciar a la misma. Es sobreprotector, en su afán de protección y cuidado del adicto. Manipula y se hace la víctima, se preocupa y depende excesivamente del adicto, solo se siente bien si se cree que tiene al adicto controlado. Temor excesivo al abandono y al rechazo, y por evitar estos sentimientos está dispuesta a hacer cosas más allá de sus límites. Es inseguro y tiene falta de confianza en sí mismo. Es rígida y tiene dificultad para aceptar cambios. Es poco asertiva y tiene un comportamiento salvador – rescatador, se considera que es las única que puede sacar al adicto del problema en que se halla.
Montse Pardo