Desde hace tiempo los resultados del consumo de sustancias, depende de las relaciones y de las interrelaciones que se producen entre los tres elementos que entran en juego: el sujeto, el ambiente y la sustancia.
La personalidad del adolescente dependiendo de su fase evolutiva (influencia familiar, de los amigos, el ambiente social, el contexto socioeconómico, la disponibilidad de las sustancias juntamente con su efecto farmacológico) puede determinar una conducta de abstinencia, consumo o abuso.
Actualmente nos es difícil entender los consumos en los adolescentes de hoy en día, para ello tendríamos que considerar algunas de sus características.
Los adolescentes de hoy generalmente:
- son hijos de una sociedad de consumo que incluso muchos de sus padres ya lo eran.
- Muchos de ellos, han pasado su infancia entre consolas de video y ordenadores que les ha hecho moverse en un espacio virtual ambivalente, que a su vez, incomunica y potencia la comunicación, que aísla o favorece los contactos.
- Han integrado los teléfonos móviles, como un objeto que lo han tenido desde la infancia, y con él manifiestan su relación con el grupo, estando permanentemente en contacto, atrofiando una de las características del adolescente de vivir en grupo, mirando de reforzar su propia personalidad separándose de las influencias familiares y potenciando su personalidad con el soporte y la identidad que da el grupo.
- Los progenitores de estos adolescentes decidieron tener pocos hijos, uno o dos, lo que les hace miembros de una generación escasa, siendo muchos de ellos hijos únicos, que les comporta tener una visión propia de lo que ocurre a su alrededor.
- Por otra parte, cada vez se amplía mas lo que entendemos por adolescencia y juventud, la adolescencia comienza cada vez a una edad más temprana y las edades juveniles se prolongan hasta que se emancipan (muchas veces hasta casi los treinta) por motivos laborales y de vivienda quedándose más tiempo con los padres. Esto favorece a que los jóvenes tengan más estudios, pero por otra parte, les es muy difícil insertarse en el mundo laboral, a causa de la mala regulación de este mercado, lo que les produce un paréntesis existencial, que lo llenan con conductas de ocio.
- Los adolescentes perciben este fracaso en el cual está sumergida nuestra juventud, desanimándoles a esforzarse por tener un futuro, lo que favorece al consumo de sustancias muchos de ellos para no sentir o tapar lo que ocurre a su alrededor.
Todo ello nos hace pensar que aunque en un principio los adolescentes empiezan el consumo de alcohol y sustancias por diversión, pronto se dan cuenta de que con el pueden evadirse de sus problemas por unas horas, y aquí tienen esa recompensa inmediata que hace tan fácil que un adolescente se enganche y pronto dependa de una sustancia.
Assumpta del Rosal
Bibliografía: Colección Estudios Sociales, nº 22