Recuerdo que cuando estaba haciendo prácticas en Casa Bloc los dos últimos años de la carrera, siempre sentada a la derecha de Benita Mediavilla (mi tutora, amiga, y actualmente compañera), iba analizando los casos que ella trataba como si fuera un manual de psicopatología. Siempre les veía algo para tratar psicológicamente.
Cuando llegaba a casa, intentaba buscar el tratamiento adecuado, haciendo un resumen de lo que había escuchado, consultando libros .. Etc. Etc.
Al día siguiente le preguntaba a Benita si creía que estaba acertada o no y ella siempre contestaba lo mismo. No se puede evaluar a una persona hasta que no lleva un año o año y medio sin consumir. Primero por qué no sabemos si los síntomas son por efecto de la droga o por qué tenga alguna patología, y hasta que no lleva tiempo limpio no se puede diagnosticar. Lo único que hay que hacer es que le visité el Dr. Rovira (psiquiatra del Centro), para que, el evalúe, si tiene que tomar medicación o no.
Una vez termine mis estudios y empecé a visitar, me di cuenta de cuanta razón tenía, no podemos hacer de psicólogos como tales ( para solucionar problemas de emociones, o tratamientos psicológicos derivados del consumo de drogas). Lo primero que tenemos que hacer es conseguir que los pacientes dejen de consumir, para ello trabajaremos mediante el cambio de hábitos de conducta. Trabajando las ganas de consumir y averiguando los estímulos que nos las producen para poder evitarlos.
Es después , cuando se ha hecho ese cambio de conducta, tan necesario para no volver a consumir, cuando podemos empezar a tratar los puntos más débiles de cada uno de nuestros pacientes o, si tienen alguna patología, el tratamiento adecuado para esta.
Esto no sólo nos pasa a los psicólogos, también los terapeutas que han hecho cursos, masters etc., en un principio quieren aplicar lo que han estudiado, con la ilusión de poder ayudar habiendo ampliado sus estudios con nuevas técnicas, pero hay que tener en cuenta que pueden perjudicar a los pacientes queriéndoles ayudar en momentos que no toca.
El trabajo con adictos es complejo, ya que en el primer tramo de su abstinencia tienen que trabajar más los hábitos, la responsabilidad, la aceptación de la enfermedad, el que vayan descubriendo quién son y vayan dejando atrás ese personaje que tanto les ha perjudicado en su época de adicto.
Como profesionales responsables, tenemos que dejar atrás nuestro ego, ya que nuestro objetivo es ayudar a que se produzca el cambio.
Assumpta del Rosal